Los mosaicos
La palabra mosaico proviene etimológicamente de la palabra
griega "musa". Se ha llegado a decir que tal nombre era debido a que
en el mundo clásico, se consideraba un arte tan magnífico que debía estar
inspirado por las musas.
Los mosaicos tienen un origen muy antiguo. Se han hallado
mosaicos en Creta, Mesopotamia, y por supuesto en Grecia, Roma y el Imperio
Bizantino.
En Bizancio, desde la creación de Imperio Romano de Oriente
el arte del mosaico griego y romano se combinó con la tradición oriental y dio
lugar a mosaicos con grades cantidades de oro. Además, se aplican los mosaicos
a la arquitectura religiosa mientras que en el mundo romano se aplicaba a la
arquitectura doméstica.
De Bizancio, los mosaicos pasarán también al mundo islámico.
Ya en tiempos modernos se desarrollan desde el Renacimiento
hasta nuestros días.
Como curiosidad se sabe que también existió una técnica
especial de mosaico en la América Prehispánica.
Un mosaico en su origen es una obra compuesta de
piedrecillas, terracota o vidrios de varios colores. También puede estar hecha
de madera. Por extensión se llama mosaico a cualquier obra realizada con
fracciones diversas.
Los mosaicos romanos se basan en los tapices y especialmente
en la pintura. Tiene la ventaja con relación a la pintura de su gran durabilidad.
Sin embargo los asuntos representados en los mosaicos son los mismos que pueden
encontrarse en la pintura, aunque obligadamente su perspectiva es más falsa y
forzada.
La obra del mosaico se realizaba sobre todo en grandes
superficies planas, como paredes, suelos y techos, pero también se adaptó a
simples objetos o pequeños paneles.
Es en época griega helenística cuando empieza a
perfeccionarse este arte, creándose obras con temas complejos y episodios de la
vida cotidiana y de la mitología. Los materiales que se emplean ya en esta
época son mármol, vidrio, ónice, etc.
Es por ello que cuando los romanos conquistan Grecia
incorporan los mosaicos a sus construcciones y se especializan en ellos creando
toda una producción artístico-industrial.
Tipos de mosaicos
Los romanos construían los mosaicos con pequeñas piezas cúbicas llamadas teselas. La palabra tesela viene del latín tessellae, que a su vez viene del griego y que significa, cuatro.
Los romanos construían los mosaicos con pequeñas piezas cúbicas llamadas teselas. La palabra tesela viene del latín tessellae, que a su vez viene del griego y que significa, cuatro.
Así la obra de mosaico se llamaba opus tessellatum. El
material de estas teselas era rocas calcáreas, vidrio coloreado, cerámica, etc.
La teselas se elaboraban con sumo cuidado y en diferentes
tamaños y colores para que el artista pudiera colocarlas según el dibujo a modo
de puzzle y aglomeradas con cemento
Dependiendo del tamaño de las teselas, de los dibujos y del lugar de destino del mosaico, los romanos daban un nombre diferente a este trabajo:
Dependiendo del tamaño de las teselas, de los dibujos y del lugar de destino del mosaico, los romanos daban un nombre diferente a este trabajo:
Opus vermiculatum Piedras muy pequeñitas. Con ellas el
artista podía dibujar con bastante precisión los objetos y las líneas.
Opus musivum, Mosaicos que se hacían para los muros.
Opus sectile, Se usan piedras más grandes y de diferentes
tamaños. Se recortaban placas de mármol de diversos colores para componer las
figuras.
Opus signinum, de Signia. Se obtenía con los desechos un
polvo coloreado que al mezclarlo con la cal daba un cemento rojizo muy duro e
impermeable. Este producto se empleó bastante en toda Italia y en Occidente
para crear los suelos y como revestimiento de piscinas (estanques para peces),
cubas de salazón, aljibes, etc.
Distinguían además entre la obra de musivum (mosaico) y la
de lithostrotum, literalmente "pavimento de piedra" en sentido
general. Se llamaba así al pavimento de una vía o camino, de una plaza abierta
o de un foro, o al del suelo de algún edificio.
Se daba a la obra este nombre de lithostrotum cuando el
material consistía en piedras naturales de formación volcánica (sílex) y
mármoles de diferentes colores. Los bloques para la construcción eran
poligonales.
La técnica de los mosaicos
Para hacer las teselas de mármol o de piedra de color, se
cortaba el material en finas láminas, luego en tiras y después en cubos. Para
obtener las teselas de vidrio fundido (que podía teñirse añadiéndole diferentes
óxidos de metal) se vertía éste encima de una superficie lisa para que se
enfriara y se endureciera.
Después, con una herramienta afilada, la lámina de vidrio
coloreado era cortada en tiras y luego en cubos. Las teselas de oro y plata se
obtenían colocando pan de oro o plata encima de una lámina de vidrio de tono
pálido. La superficie se cubría con un frit (capa fina de vidrio empolvado) y
se calentaba en un horno para sellar el oro y la plata entre las capas de
vidrio. A continuación se dividía la lámina en cubos.
También había que preparar concienzudamente la superficie
allanándolo con varias capas superpuestas para que estuviese bien liso, puesto
que cualquier irregularidad podía llevar a la fractura de algunas teselas y
esto conducir a la degradación de toda la obra.
La función de los mosaicos romanos
Inicialmente en Roma no se empleaban los mosaicos para los
suelos para evitar su deterioro y sí en techos y paredes. Posteriormente
descubrieron que los mosaicos podían resistir las pisadas y comenzaron a
aplicarse masivamente para los pavimentos.
Los mosaicos eran para los romanos un elemento decorativo
para los espacios arquitectónicos de tal manera que no había palacio o villa
romana donde no hubiera mosaicos.
Afortunadamente, la alta resistencia de los mosaicos romanos
ha permitido su buena conservación durante siglos y el número conservado es muy
numeroso, especialmente en museos donde su conservación es idónea. No así
cuando se hallan a la intemperie, en ciertos yacimientos arqueológicos pues su
deterioro es mayor y están sujetos a frecuentes expolios.
En numerosos lugares, se sabe que hay villas y otros
edificios por excavar por lo que se sabe que son numerosos los mosaicos por
descubrir.
Mosaicos romanos precristianos
Entre los primeros mosaicos de Pompeya se encuentran las escenas polícromas de finales del siglo II y principios del siglo I a.C. El Mosaico de Alejandro, en la Casa del Fauno, representa la batalla de Alejandro contra Darío III y se cree que es copia de una pintura helenística del siglo IV a.C., aunque lo más probable es que fuera realizado en el siglo I a.C.
Entre los primeros mosaicos de Pompeya se encuentran las escenas polícromas de finales del siglo II y principios del siglo I a.C. El Mosaico de Alejandro, en la Casa del Fauno, representa la batalla de Alejandro contra Darío III y se cree que es copia de una pintura helenística del siglo IV a.C., aunque lo más probable es que fuera realizado en el siglo I a.C.
En general los mosaicos romanos representan sobre todo
motivos geométricos y también con mucha frecuencia, escenas mitológicas. A un
segundo nivel aparecen motivos costumbristas: juegos, cacerías, escenas
amatorias y eróticas, etc.
Otra muestra de los mosaicos de este periodo son los que
podemos ver en Centcelles (hoy Constantí) en la provincia española de
Tarragona. Los mosaicos de Antioquía (en Turquía), que datan de finales del
siglo II al VI d.C., muestran una predilección por los temas figurativos
polícromos. Los temas mitológicos, como el Juicio de Paris, Narciso y Los
trabajos de Hércules, están realizados con gran realismo y brillantes colores.
Mosaicos romanos cristianos
en los primeros mosaicos cristianos del siglo IV al VI d.C. Se observan figuras humanas, animales y pájaros y escenas de caza enmarcadas por decorativas cenefas.
en los primeros mosaicos cristianos del siglo IV al VI d.C. Se observan figuras humanas, animales y pájaros y escenas de caza enmarcadas por decorativas cenefas.
En la iglesia de Santa Constanza de Roma, construida hacia
350 d.C., las bóvedas están decoradas con mosaicos de zarcillos y dibujos
geométricos que enmarcan figuras de origen pagano.
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